El examen de competencias básicas de la población adulta hecho por la
OCDE en 23 países (una especie de informe PISA para adultos) ofrece a
España dos conclusiones muy claras: la primera, que está a la cola de las
economías desarrolladas (el penúltimo en lectura, y el último en matemáticas);Y
la segunda , que si ya eran malos los resultados de los estudiantes españoles de
15 años, no son mucho mejores los resultados arrojados por parte de de los adultos.
Siempre nos fijamos en países
como Finlandia , Japón, Holanda, Suecia que suelen encabezar estas listas,
analizamos su sistema educativo, las características de los alumnos, de los
docentes etc.
En nuestros
juicios de valor el sistema educativo siempre es el que sale más perjudicado,
pero no nos damos cuenta de otras variables, que pueden hacer variar esos resultados.
Uno de ellos
es el número de horas de trabajo de los alumnos, por ejemplo en Japón dobla el número
de horas que los alumnos trabajan en casa sobre las que nuestros alumnos
invierten.
Otra es la
implicación de las familias en el rendimiento académico de sus hijos. Los
padres participan activamente tanto
dentro como fuera de ellos, lo que hace que el rendimiento académico sea mayor.
Respecto a este último punto nos parece importante este artículo donde nos
permite reflexionar sobre el beneficio de nuestra implicación en las tareas
escolares en el rendimiento académico de
nuestros hijos. Y la respuesta a la primera pregunta es si , por supuesto.
http://www.doredin.mec.es/documentos/01720123015769.pdf